cambio en el equipo

Llegamos ya a Lisboa muy de mañana por la mañana. Nada ha salido como se ha planeado, y eso, es bueno bueno. Seguimos con déficit de café, pero vamos aceptándolo. Nos gusta esto de caminar.
Sevilla quedó atrás con muchas historias para contar. Todas dicen que la descubrieron tarde, que les gustó cuando ya debíamos irnos, pero a paseante le gustó desde el comeinzo. Es sólo que le gusta instalarse en los lugares. Tres noches en un lugar, dan como para instalrse. La gente dulce, encantadora y jote le divierten, y en Sevilla hubo de eso. Estuvo Alexander Milokov, el ruso que paseante adoptó en la calle y que les llevó a jugar pool. Paseante recordó sus momentos en Wien y descubrió que algo había aprendido.
Chicos: pueden estar orgullosos, paseante dominó la bola.
Luego estuvieron todos aquellos que las invitaron a bailar, a los lugares de ambiente y a pasear por la ciudad.
Ronda... Ronda fue llegar y partir. Eso no nos gusta, pero estuvo lindo el paisaje.
Ahora queremos comenzar el día. Son las 9am en Lisboa. La gente ya les habla en portugués. Paseante buscará un método que le ayude a despertar y sin duda, exigirá su café de madrugada. Ese no lo deja pasar.