de bodas y otros cuentos

El domingo fue un gran día. No como el tema de Adamo -que canta la gran noche-, sino que por la madrugada el hermano de paseante decidió que iba a matrimoniarse. Le hizo entrega del anillo a la joven Dolo a eso de las 7am. Para las 8am, la joven le gritaba a paseante que despertara, que en medio de las montañas, ella se casaba.
Y hubo fiesta. Y hubo evento. Y fueron suegros, cuñados y jóvenes que hallamos en las pistas de ski a obtener almuerzo en el dpto. de paseante.
Fue un lindo momento. Lindo lindo y paseante se alegró de su nueva cuñada. Dice que es una paseante afortunada, pues su familia adquirida es gente notable. Le gustan ambas señoritas.

En tanto ayer, trabajante fue a la escuela a cumplir todas las horas que debía. Llegó al sitio laboral a eso de las 8am y permaneció allí hasta pasadas las 23 horas. Hubo comida que conmemoraba un año del viaje a Colonia y trabajante debía organizar el evento. Dicen que las cosas resultaron bien, pero trabajante quedó extenuada. Le parece que estaba retirada de las pistas organizativas y que perdió el don. Verá de recuperarlo, porque no puede ser. Se acerca su cumpleaños y esa fecha merece celebraciones varias.