show must go on

La vida de trabajante es intensa, por lo que paseante toma lo que puede, y la verdad, es que no lo ha hecho mal. Ve la agenda –objeto preciado, como sabemos- y en cada día encuentra la cita con algún personaje destacado. Cafés, comidas y encuentros varios la han divertido mucho. En algunos se dedica a insultar al lugar laboral, en otros, habla de las vidas paralelas que lleva. Y también hay fiesta, pues aquello de lo celebrativo le gusta cualquier cantidad.
Así fue como el sábado, a eso de la matiné, paseante celebró como Godmother el año número 1 de Ricurita. Cantidades de niños, cientos, miles (capaz sólo 10, en la realidad) entre los cero y 3 años vinieron a buscar diversión y comida. Había padres que velaban por ellos, pero la mayoría sólo charlaba y entregaba sus hijos al cuidado de otro (dígase Godmother). Ella intentó velar por la limpieza y el orden, pero a los 10 minutos se había dado por vencida. Valores como esos no eran apreciados por los duendes que corrían por su hogar.
El evento no acabó mal, pero a Godmother le pareció que con Ricurita bastaba; y a él, le bastó con las galletas y los merengues. Ni los regalos! Pero no se preocupen señores, que Godmother ya le enseñará lo invaluable de los presentes. Esa, es educación que le corresponde a ella.