recuperando las tradiciones

Resulta que el sábado el joven de la Península dijo que tenía ganas de pasear. Así las cosas, amante y paseante se levantaron de la cama de un golpe y se alistaron para salir. Iban a Viña con Isabel, la chica del otro lado del océano. Llegaron justo a la hora de comer, así que se sentaron mirando el mar y celebraron con vino blanco helado. Charlaron y decidieron que era tiempo de caminar. Anduvieron por la costanera durante horas (literalmente), sin importar el frío ni los autos.
Ya de vuelta, vieron que era hora de volver a la capital, pues al joven de la Península y a amante les esperaba Nouvelle Vague. Qué lindo el concierto! A paseante le gustan las chicas francesas que hacen covers. Estaban, además, Mari y Jesús, que esperaban ser llevadas a comer. After concierto, se dirigieron a un sitio con las mejores hamburguesas de la ciudad de las antenas para acabar un gran día.
Y para introducir al joven de la Península como corresponde, el domingo fue día en el Arrayán. Donde los Montecino brindaron por el ejemplo de la Lucha, una de las primeras mujeres arquitecto de Chile, y por estar todos reunidos.
Paseante fue feliz. Cree que fue un lindo fin de semana y quiere que vengan muchos más así!