lunamieleros y homeless

Las cosas han cambiado un poco desde el último post. The Bride ya fue y desde hace casi un mes, paseante y amante -como dice MIK-, son una. Y en esa nueva versión partió con el Joven de la Península a ser honeymooners, nombre excesivamente acaramelado como para tomarlo en serio, pero muy práctico a la hora de pedir up grades en aviones y otros. No dio resultado efectivo, hemos de confesar, pero nos reímos más de un rato.
Los paseos fueron a Cape Town y a las islas Seychelles. Sitios exóticos, como correspondía, pero que tuvimos que transformar con nuestro toque. Me explico: Seychelles es el paraíso de las palmeras, arena blanca y sol. Para paseante y el Joven de la Península –ninguno muy dado al puro sol y playa- estuvo colmado por el monzón. Así, como lo oyen. ¿Recuerdan el comercial de Kodak “y llovió”? A eso nos referimos con monzón. Estuvo lindo de todos modos, y la lluvia no impidió los paseos. Y en Cape Town disfrutamos con la vida de ricos y famosos. Visitas al Spa, cenas en distinguidos –y topísimos- restoranes y paseos a las viñas fueron sólo muestras de lo que nos merecíamos! Un gusto.
Ya de vuelta en la capital, el comienzo de esta nueva vida ha sido un poco incierto en cuanto a local habitacional. El dpto. que habían consumido para la nueva familia sólo les fue entregado la semana pasada, por lo que pintores y arreglistas comenzaron hoy su trabajo. Los regalos que serán la casa aún están donde los padres de paseante y lo que falte, aún no pueden consumirlo. Nos hemos hecho a la idea y disfrutamos. Asumimos que aún andamos de paseo, con maletas incluidas y comidas fuera. No está mal…