parcial variando a nublado

Resulta que a amante la dejaron sola. El joven de la Península se largó a sus tierras por una semana. No es tanto, lo sabemos, pero bueno, nos gustaba tenerlo de este lado del océano. Y para despedirse como la gente, el viernes pasaron la tarde juntos.

Paseante negó a trabajante y partió con el joven de la Península a ver la electrificación de una torre en Quintay. Sucesos todos nuevos para paseante. Ella decidió comenzar la tarde caminando por la costa y el mar le pareció más atractivo de lo que lo pintaban sus entrevistados del pasquín. Cree que eran las olas rompiendo contra las rocas lo que le gustó, pero también puede haber sido el aire helado y limpio. Todo junto, y de fondo el joven de la Península, le parecieron un lindo contexto. Y cuando ya estaban las estrellas en el cielo, vinieron los señores de la luz. En las alturas de los postes, con correas y sistemas fascinantes, dieron la conexión. Nadie se electrocutó y las chispas fueron pocas. Esperábamos más fuegos artificiales, pero dicen que así funcionan las cosas. De lo contrario, la gente termina en hospitales o similares.
A la noche fueron a comer a casa de Ani. Estuvo bueno bueno, pero ella volvió a insistir que, en la infancia, paseante hacía cosas que no recuerda. Nada de nada! Paseante tiene la teoría que Ani lo hace sólo para volverla loca, pero no lo logrará! Ella sabe que los cuentos son producto de la imaginación de su amiga… y vaya que imaginación!
Fue una noche amena y larga que a amante le encantó, sólo no le pareció levantarse de madrugada a dejar al joven a Merino Benítez. Ahí dijeron adiós y él partió. Así no más fue.

Luego, cuando hoy ya era hoy, amante recibió un mensaje. El joven de la Península ya estaba en tierras ibéricas. Amante le explicó que acá estaba lleno de pingüinos y le deseó éxitos en su travesía. Creemos que el joven se divierte. Trabajante por su parte, se instala entre nosotros. Debe entregar para el pasquín y no ha podido escribir. Acabando aquí, dice, lo hará.