dispersa

Resulta que a trabajante la llaman de otros sitios y le ofrecen una vida laboral llena de glamour, contratos y dinero, mas ella no sabe qué hacer. Parece que le gusta su vida free lance en la que hace miles de cosas y al mismo tiempo, no hace nada. Quizás sería mejor tener un horario de comienzo y otro de cierre, porque si no, ya sabemos, las noches para ella son largas…, pero ese es otro punto.
Por ahora, ella intenta cerrar un artículo que hace mucho da vueltas y no acaba nunca.
Más tarde, volverá a insistir en esa lista de empresarios gourmets y en la entrevista con el sr. loquito del barrio. Tiene en mente otros artículos por si nada de ello resulta.
Amante, por su parte, se preocupa por el joven de la Península. Hay seres despreciables en una inmencionable inspección técnica que no dejan de fastidiarlo. Por lo que le han explicado a amante, es gente que no comprende nada de nada. Ella cree que hay métodos limpios y rápidos de deshacerse de ellos, pero al parecer, eso no se usa al otro lado del océano. En palabras del joven “no valen ni ese dinero!”.
En fin, esperamos que estos días en los que por fin se retirarán a la cordillera y la chimenea, el joven logre relajarse y desconectarse del sitio laboral. Paseante está clara que ese es su destino. Ha soñado con ello como hace tiempo no lo hacía; y aunque digan que habrá nubes y más frío, a ella le parece encantador e inmejorable. A más chimenea entonces!