vamos de paseo
Paseante necesitaba un respiro y, como la nieve no dejaba de caer en Portillo, decidió tomar un carro y largarse a la playa. Iba con Mari, MIK y Josecita.
Todas llevaban sus PC portátiles; estudiante llevaba libros para leer a TSE, y Mari decía que vacacionaba. Una fue más fuerte que todas. La chimenea tuvo más poder que los PCs que se arrumaban a la entrada de la casa.
Quisco city fue lugar de chales, chimeneas y tardes de cine italiano. Noches de sopaipillas recién hechas y cuentos sin destino alguno.
Al día siguiente el sol no aceptaba ser visto a través de las ventanas, así es que un paseo se impuso. La playa, el mar, su olor y las charlas una vez más, dejaron libros y PCs abandonados. Almuerzos en la terraza, cafés al sol y más de la misma buena vida inundaron un fin de semana de relajo.
Paseante fue feliz y hoy, hoy volvió a trabajar.
Todas llevaban sus PC portátiles; estudiante llevaba libros para leer a TSE, y Mari decía que vacacionaba. Una fue más fuerte que todas. La chimenea tuvo más poder que los PCs que se arrumaban a la entrada de la casa.
Quisco city fue lugar de chales, chimeneas y tardes de cine italiano. Noches de sopaipillas recién hechas y cuentos sin destino alguno.
Al día siguiente el sol no aceptaba ser visto a través de las ventanas, así es que un paseo se impuso. La playa, el mar, su olor y las charlas una vez más, dejaron libros y PCs abandonados. Almuerzos en la terraza, cafés al sol y más de la misma buena vida inundaron un fin de semana de relajo.
Paseante fue feliz y hoy, hoy volvió a trabajar.
posted by tnarrativo at 10:48 PM
2 Comments:
Ante paseo tan idílico a playa invernal destacadamente popular como Quisco city, agrego un comentario bien intencionado sobre las visitas invernales a playas multitudinarias.
Después de comprobar el clima agradable y la temperatura del pacífico en estas latitudes ecuatoriales (los locales me consideraron loco de atar por meterme al mar en esta época), y probar las especialidades culinarias locales (un cebiche mixto nada despreciable), tengo que prevenir a los entusiastas, un encuentro cercano que te deja una semana fuera de combate no es improbable: ¡amebas!
No amebas! qué mal! cómo inhibir así la diversión? que gente tan mala... será que a los lugareños de las costas les es fácil la maldad? Ya sabemos, Wien tuvo sus momentos cuando era estudiante de UAI, versión Valparaíso.
Paseante propone cambiar de rumbo: dice que ud. ha de visitar la selva. Es hermosa! Vaya vaya y después nos narra.
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