aquello de la casa

Resulta que amante y el Joven de la Península tienen que encontrar un nuevo sitio para vivir. Así ha sido que buscan, visitan y leen los medios para encontrar un hogar. Hay cosas simpáticas, otras que requieren de picota, pero por ahora, no hay uno al que puedan invitarlos. Ya será, dice, pero hasta hoy, amante visita sitios web y llama a quien ofrezca un lindo depto para vivir.
Se aceptan ideas y propuestas, porque además de casa, sería ameno tener buenos vecinos.

los señores de Torres

Así se dice en estos casos en el sitio de donde viene el Joven de la Península. Y así será, pues amante y el Joven ya “son esposos por la ley”, como dijo el señor juez.
Fue un evento cómico. Uno de esos en que te concentras y no miras a nadie para no estallar de la risa, pues de fondo había una dulce parejita de cisnes de cristal que se besaban. Un poema. Y el señor juez, que lo hizo fantástico, también tenía un tono de discurso aprendido bastante risible.
En fin, estuvo bien, y hoy amante es sra. amante.

la llamada

El padre de amante está bastante afectado con esto de la boda. Se pone nervioso y me mira preocupado.
Acaba de llamar a preguntar cómo estamos para el evento de mañana. Luego de la respuesta de rigor, acota que para el desayuno habría que tener churros con manjar (en aporte comprensivo para con el Joven de la Península) y omelets con caviar. Esto último, dice haberlo visto en las películas. Breakfast at Tiffany’s, parece.

La nueva versión

Qué tiempos han pasado! Al parecer, amante y trabajante han consumido el tiempo de esta redactora y por aquí no vino a dar noticias… En fin, intentaremos dar un reporte, aunque ya saben ustedes que paseante odia los recuentos en pasado.
Empezaremos por el sábado. Fue entonces cuando amante recibió más flores que en toda su vida y las disfrutó de igual manera. Qué ramos más bellos! Es sorprendente que suene el timbre una y otra vez, y siempre sea para uno! Un ramo de tulipanes, otro de flores coloridas y uno más, de rosas en jarro de loza enviado por el Joven de la Península. Aún se sonroja de la emoción que sintió… Ese fue el día de la Postura de argollas. Desde entonces, en su dedo luce el oro que le regaló el abuelo.
Mañana –y esos fueron los recuerdos- será señora por la ley. Acudirá a horas poco prudentes ante la jueza y dirá que quiere ser amante todo el resto de su vida. Así, habrá comenzado la recta final hacia la boda, pero estamos tranquilas. De formas insospechadas, amante ha preparado todo y ya sólo quedan detalles. Eso la hace feliz, pues sabe que puede usar el tiempo en paseos. Hay algo mejor acaso?