eso fue todo… o no?

Ayer trabajante dio por terminado el contrato, situación legal a la que de hecho, nunca llegó. Lo que sucedió fue largo, incluyó insultos y algunos malos tratos, por lo que trabajante dijo no va más. Le pidieron 15 días más y es lo que piensa dar, a cambio por supuesto, de una remuneración.
Hoy, sin embargo, la misma persona que le gritaba la ha llamado a pedirle que tome otro cargo y que por favor se quede en el sitio laboral. Así es, usó la palabra por favor. Fue dulce (lo que es la esquizofrenia!) y le ofreció a trabajante la oportunidad de pensarlo durante el fin de semana. Le dijo que negociaran, que a ella sólo le interesaba que trabajante no se largara.
Ahora, a minutos de acabar su jornada laboral de viernes, trabajante está confundida.
Por lo pronto, ya volverá paseante: mañana es la boda del sr. JP y la srta. Dolo.
Habrá informes de la boda, no se los pierdan!

aires de tormenta

Trabajante estaba aguardando que vinieran a por ella, cuando de pronto vio chispas. Chispas, luces y gritos que la llamaban. Fue entonces que se dio cuenta que el viento tipo huracán, a la salida de su local laboral, hacía cruzarse los cables de electricidad. Estaba en pleno razonamiento cuando ¡bum!, estallidos y cortes de luz. Sólo quedó la oscuridad, los autos, el polvo, las hojas, mucho viento y trabajante con su cara de asombro. Lo peor, es que a ella le había divertido el momento, tal como a un niño. Será que no aprende que el peligro vive en la puerta de la Corporación?

show must go on

La vida de trabajante es intensa, por lo que paseante toma lo que puede, y la verdad, es que no lo ha hecho mal. Ve la agenda –objeto preciado, como sabemos- y en cada día encuentra la cita con algún personaje destacado. Cafés, comidas y encuentros varios la han divertido mucho. En algunos se dedica a insultar al lugar laboral, en otros, habla de las vidas paralelas que lleva. Y también hay fiesta, pues aquello de lo celebrativo le gusta cualquier cantidad.
Así fue como el sábado, a eso de la matiné, paseante celebró como Godmother el año número 1 de Ricurita. Cantidades de niños, cientos, miles (capaz sólo 10, en la realidad) entre los cero y 3 años vinieron a buscar diversión y comida. Había padres que velaban por ellos, pero la mayoría sólo charlaba y entregaba sus hijos al cuidado de otro (dígase Godmother). Ella intentó velar por la limpieza y el orden, pero a los 10 minutos se había dado por vencida. Valores como esos no eran apreciados por los duendes que corrían por su hogar.
El evento no acabó mal, pero a Godmother le pareció que con Ricurita bastaba; y a él, le bastó con las galletas y los merengues. Ni los regalos! Pero no se preocupen señores, que Godmother ya le enseñará lo invaluable de los presentes. Esa, es educación que le corresponde a ella.

desde Lima

Ayer paseante recibió un regalo, y ya sabemos cuánto nos gusta eso. Pero no se trataba sólo de un regalo, sino de un fantástico presente: la primera versión de Etiqueta Negra renovada. Qué agrado de narración! Qué gusto por las historias!
Qué bien que hace olvidarse de los comunicados de prensa y los gritos de la Corporación por un par de minutos de buena y distendida lectura. Ayer paseante fue feliz, y ahora, cada vez que insultan a trabajante, paseante mira al costado y de reojo ve la playa de la portada. Eso basta. Paseante agradece al joven de la Península por tan hermoso obsequio.

P.S: hay un par de textos que debo compartir; MIK, por ejemplo, has de leer uno que se titula: “Manual para seducir a una dama indecisa. Consejos de un phD en ciencias de la autoayuda”. Notable escritura!

Los encuentros en la red

Trabajante había decidido que mucho hacer estaba mal, por lo que salió a dar una vuelta. Hizo ese click que uno nunca hace. En la barra de arriba del blog, al final dice “siguiente blog” y trabajante fue allá. Y miren qué poesía encontró! Lo mejor de los gringos y en toda su expresión. Recomiendo, especialmente, la sesión fotográfica de Pascua. Un lujo!

el asalto a trabajante

Ella, como siempre, iba sin miedo. Estaba en la puerta, en la puerta misma de su oficina esperando a que pasara el Transantiago, y en eso, un joven –nada de encantador- salió de algún sitio desconocido. De un tirón violento y agresivo trató de quitarle a Roger, la cartera, el celular y su tarjeta Bip! Pero paseante es fuerte, agarró sus cosas y cayó al suelo.
Sólo le lastimaron la rodilla. Hubo llanto, mucho, mucho llanto. La gente de la micro solidarizó y le hizo un sitio para que ella depositara su empolvada humanidad. Pasaban las calles y el tiempo, pero ella insistía en llorar. Llegó a su casa y su madre -dulce, muy dulce-, le dio agüita de melisa y le hizo una tina con sales.
Así acabó el día de trabajante. Ella no está segura de cómo tomar esta señal.
Debe ser fuerte y enfrentarla?
Debe ser débil y asumir que es un signo de que este trabajo no es para ella?
Por ahora, algo golpeada y dopada, trabajante sólo verá el último capítulo de Prison Break.