la cura de sus heridas
‘Aló? Sr. Quiropráctico? Me atiende ud.? Sí? Nos vemos entonces.’
Y partió. Iba tan ilusionada! Tanto tardó en llegar, que soñaba con la solución a su dolor; nada le importaba. Llegó a Campos de Deportes 764 a la misma hora en que se jugaba la primera final del campeonato de apertura del fútbol nacional. No tuvo miedo, pues su dele dele fue un sr. de la ley de lo más amable. Custodiado el carro, emprendió camino a la salvación.
Llegó, vio al caballero y supo que esto no daría resultado. Trabajante guardó algo de fe e intentó entregarse a las manos del experimentado dr. Más nada! El sr. extrajo la telemplástica del cajón, le puso dos cortes en el cuello y eso fue todo. Todo!
Hizo la boleta y dio por terminado el evento.
Trabajante se giró (el cuerpo, pues la cabeza nada de giros) y se largó.
Ahora, no sabe qué hacer. Cómo ignora que no puede girar la cabeza? No es que pretenda ser la niñita del exorcista, es sólo que quiere ser natural. Trabajante dice que mañana la requieren en la catedral. Ahí verá si es que esto es trabajo de exorcistas… O alguien tiene otra solución?