visita a Wien
Entonces dijo que había que volver al principio de las cosas y fue a por Antes del Amanecer. Esa casi no la recordaba, pero sabía que se lo debía a Wien. Y disfrutó y estuvo nostálgica, y se alegró de saber que ella también había estado ahí. Ella había tomado el tren de Budapest a Wien leyendo a Bolaño, es sólo que nadie le preguntó por el libro. Y fue que nadie se bajó con ella, porque no necesitaba: Wien era su casa y ahí le esperaban. Muchos. Más de los que creía. Y Budapest fue sólo el comienzo de su historia.
Hoy paseante se va a dormir con sus recuerdos de esas calles, las mismas de sus paseos, los mismos bares y como no, los mismos cafés. Paseante sabe que esa city es más suya que otras. Pero también sabe que eso de caminar por las calles bien acompañada y charlando es un gran momento. Paseante cree que debe cambiar de género cinematográfico y de recuerdos, pero no le importa mucho, porque sabe que Wien está sobre todos ellos.