Vini, vidi, vinci. O lo que es lo mismo, vino y se fue.
Por breves dos días, el padre de paseante visitó Wien. Y fue tan lindo! Tan... Paseante lo llevó, como corresponde, a tomar mucho café. Ella alternó café y chocolate caliente, él fue fiel al kleiner mokka. Visitaron museos, tiendas y castillos, pero por sobre todo, pasearon. Y a paseante, como dice, le gusta eso.
Le gustó caminar por Wien cubierta de un frío de un par de grados bajo cero.
Le gustó la exposición en la
Albertina y en el
Kunsthistorisches Museum, donde vieron a
Goya. (buena cosa, porque los cuadros pertenecían a El Prado, asi es que cuando paseante ande por esos lados y vea vacíos en las paredes podrá decir 'ah! no importa, yo lo ví en Wien'.)
Le gustó sentirse dueña de la city y poder compartirla con su padre.
Le gustó, hasta que fue martes a las 17:00 y el padre se marchó. Eso, eso le dio pena.
Como diría alguno de los tantos leguleyos que rodean a paseante, 'a confesión de parte, relevo de culpa'. Sí, lo que sucede es que cuando lo vio largarse, paseante realizó cuanto extraña a todos los que están a ese lado del océano. Cuánto!
Realizó también que sus descuentos en este sitio están pasando velozmente.
Realizó, que de pronto, era tiempo de volver.
Antes, eso sí, hará un par de viajes. Por ejemplo, este viernes a eso de las 6pm, tomará un bus que la llevará a Zagreb, en Croacia.
Viajar, a paseante le gusta viajar y así va a cerrar su vida en este lugar. Paseando.
P.S: aunque el Enano diga que extraña su cámara, paseante tiene serias dudas de su calidad. Juzgue ud. y no culpe a paseante, sino a El Mercurio.